Monday, October 18, 2010

El cerebro de los cantantes de Ópera.

La práctica mental no solo mejora la ejecución de una tarea motora, sino que modifica con el tiempo y la intensidad de la practica la representación cortical de esa parte del cuerpo que ejecuta.

Los pianistas tienen una representación de las manos en la corteza somatosensorial más grande que las personas normales, es decir, el área del cerebro que representa los dedos y las manos ocupa un espacio mayor en estos que en las personas que no son pianistas (Pascual-Leone 2003)

Tal y como el sutil y directo título de este estudio de Alvaro Pascual-Leone nos dice sobre la modificación de la estructura cerebral dependiente de la experiencia: el cerebro que crea música se transforma con la música.

En la música, la practica mental de la ejecución de una pieza es una estrategia muy común entre los músicos profesionales.

La imaginería motora de estar ejecutando mentalmente una acción mejora la dinámica, velocidad y suavidad de la trayectoria de los movimientos.

Imaginar mentalmente la ejecución de una pieza musical no solo envuelve aspectos motores también emocionales.

En el canto operístico, que guarda una estrecha relación con el habla, es donde más patente se encuentra la relación entre los aspectos motores y emocionales.

Cantar en la música clásica no solo conlleva el control motor del tracto bucal, sino un fuerte componente emocional para trasmitir la intención artística, y por supuesto, la precisión estilística que en su conjunto requiere de un mayor control motor que el habla normal.

En este estudio Kleber y colegas examinan las bases cerebrales del bel canto imaginado y real.

16 cantantes de música clásica participaron en el estudio.

Se seleccionaron aprox. 6 frases de la primera línea del aria Caro mio ben de Tommaso Giordani.

Usando una técnica de mapeo para comparar las regiones activadas durante el canto imaginado y real se vio como el canto real activaba áreas que procesan secuencias motoras complejas como lo hacia el canto imaginado.

Durante el canto imaginado en la misma línea de estudios anteriores no se observa actividad de la corteza auditiva primaria aunque si de la corteza auditiva secundaria.

Imaginar el canto de un aria comprende una red extensa de áreas situadas en el sistema fronto-parietal.

Áreas relacionadas con el procesamiento emocional también se reclutaban durante el canto imaginado.

El canto real activaba regiones bilaterales de la corteza sensoriomotora y auditiva y áreas asociadas con la producción y comprensión del lenguaje.

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ResearchBlogging.orgKleber B, Birbaumer N, Veit R, Trevorrow T, & Lotze M (2007). Overt and imagined singing of an Italian aria. NeuroImage, 36 (3), 889-900 PMID: 17478107

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